El desarrollo de la producción porcina intensiva en algunos países de Latinoamérica, se ha basado en profundos cambios en los sistemas de producción, los que permiten abastecer la gran demanda de carne que exige la población a un precio accesible. Por otro lado, esta intensificación de procesos ganaderos ha originado un aumento de la problemática medioambiental y la falta de conocimiento para desarrollar estrategias que protejan el medio ambiente, esto ha sido un enorme desafío para los profesionales que gestionan granjas porcinas. La producción porcina es una de las principales presiones agrarias sobre el medio ambiente, ya que ha sido concentrada en explotaciones más grandes y más especializadas, existiendo zonas en el mundo con altas densidades de cerdos. Estas grandes concentraciones han implicado un alto riesgo para el medio ambiente, ya que la disponibilidad de fertilizante otorgado por las deyecciones ganaderas no está equilibrado con la disponibilidad de tierra y las necesidades de los cultivos. Este desequilibrio crea un superávit de nutrientes, gran parte de los cuales, tarde o temprano, se pierde en el agua (nitratos y fosfatos) y en el aire (amoniaco y óxidos de nitrógeno).
A raíz de lo anterior, la Academia Porcina ha congregado a 2